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Categoría: Editorial

La AMHM y una Idea Absurda, por no decir Aberrante
¿Lo que pasa en la Tarahumara...
se queda en la Tarahumara?

Rafael García González, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM), tomó la presidencia de esa asociación después de la debacle ocurrida con la anterior administración de esa asociación, la más representativa de los hoteleros del país. Rafael se aventó al ruedo, como se dice, sabiendo que las cosas no estaban fáciles para la asociación y que incluso había la posibilidad de una disminución importante de los dineros de la asociación para tapar los hoyos dejados por su anterior presidente.

Rafael tomó el toro por los cuernos y en los pocos meses que lleva su administración al frente de los hoteleros, parece que la AMHM la está librando y saldrá adelante de las situaciones tanto financieras como de unidad que ha enfrentado en los últimos meses.

Debido a que sabemos personalmente que Rafael tiene muchas ganas de lograr resultados positivos para los hoteleros, TURISTAMPA ha apoyado su administración porque nos interesa mucho el bienestar de la hotelería a nivel nacional. Nosotros también somos turisteros.

Sin embargo, apoyar a los hoteleros y la administración de su nuevo presidente, no significa que tenemos que aceptar todos los puntos de vista de la AMHM. Ese es el caso con las declaraciones del presidente de los hoteleros sobre las que comentamos a continuación.

Hace unos días, de visita en Cancún para la toma de protesta de la nueva mesa directiva de la Asociación de Hoteles de Cancún, Rafael realizó unas muy desafortunadas declaraciones.

El presidente de los hoteleros dijo, ni más ni menos, que deberían de construirse casinos en la Sierra Tarahumara y en las Barrancas del Cobre, ya que eso “sería un detonante y mejoraría la situación económica de las comunidades más necesitadas.”

Conociendo a Rafael, nuestra primera reacción fue pensar que esas palabras eran una broma atrasada del día de los inocentes, que inmediatamente después de decirlas las iban a neutralizar con una sonrisa y una frase que confirmara que todo era una simple broma de mal gusto.

Pero cuando se nos aseguró que efectivamente Rafael lo había dicho muy en serio, el lóbulo frontal de nuestro cerebro, aquél que se encarga de razonar y que también controla parte del lenguaje y de las emociones, comenzó a, digámoslo así: “alterarse.”
El presidente de los hoteleros, mostrando una absoluta falta de conocimiento y perspectiva histórica y social, se atrevió a decir que en México podría adoptarse un esquema para instalar casas de juego bien reguladas en las comunidades indígenas “como se hace en las reservaciones de Estados Unidos.”

Por si no fuera suficiente, el mandamás de la AMHM añadió: “Hay comunidades que se pueden beneficiar, como pueden ser los tarahumaras, hacer un corredor de casinos en las Barrancas del Cobre, hay lugares detonantes, les hace falta inversión y esto puede ser un motivo.”

Esas declaraciones reflejan, consciente o inconscientemente, una actitud de absoluto desdén y desprecio hacia nuestras comunidades indígenas, una falta de respeto absoluto hacia sus raíces culturales y realidades sociales, y si vamos más allá podríamos decir que reflejan hasta un colonialismo ultrajante y racista que ha sido uno de los males de México desde que nos convertimos en Nueva España.

Además, dejando de lado los argumentos sociales, históricos y culturales que la AMHM ignora, así como los argumentos ecológicos que serían muchos, desde el punto de vista económico la propuesta es igual de absurda y aberrante, podríamos decir que hasta cómica y “chascarrilloza” si no fuera algo tan serio.

El presidente de los hoteleros para rematar el asunto y terminar de evidenciarse, dijo también que “si logramos tener buenos casinos muchos mexicanos dejarían de ir a Las Vegas… se capta al nacional y atraeríamos más extranjeros.”

Rafael piensa que en vez de “Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas,” la nueva realidad nacional sería: “Lo que pasa en la Tarahumara se queda en la Tarahumara.”

Queremos darle el beneficio de la duda a Rafael y pensar que estas declaraciones simplemente fueron resultado de un mal momento, de esos lapsos que todos tenemos cuando no dormimos bien o tenemos fiebre o se nos pasan las cucharadas.

No queremos pensar, como varios ya lo están haciendo, que esas declaraciones son parte de una agenda que responde a intereses mayores, intereses ocultos que traerían consecuencias funestas para nuestro país en todos los aspectos.

Ojalá y que, ante la lluvia de malestar, indignación y asombro que esas declaraciones han provocado, el presidente de los hoteleros recapacite, deje de lado esos desvaríos y continúe su trabajo a favor de los hoteleros.