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Categoría: Editorial

La Clasificación Hotelera

Una de las iniciativas de la Organización Mundial del Turismo que nos parece muy necesaria es la que han tomado en relación a la clasificación hotelera mundial.
Como menciona la OMT en un estudio que nos hizo llegar recientemente que prepararon junto con Norwegian Accreditation, una agencia del Ministerio de Comercio de Noruega, “los sistemas de clasificación hotelera se utilizan ampliamente en el sector del alojamiento como un medio para proveer un indicador, tanto a los consumidores como a los intermediarios (agentes de viajes, etc.), de las normas que se encontrarán en los establecimientos individuales.
“Las clasificaciones hoteleras también pueden proveer de plataformas útiles de mercadeo para los hoteles individuales y para los destinos que desean promover la calidad de su oferta.
“Sin embargo, la existencia de sistemas múltiples en todo el mundo es un desafío. Existen por lo menos cinco maneras de ver las cosas, y con cada uno de ellos puede haber prácticas y procesos diferentes. Esto puede confundir al consumidor, particularmente en un mercado global.”
El reporte también señala que “establecer un sistema de clasificación para los alojamientos turísticos es una tarea compleja debido a la diversidad tanto de los alojamientos mismos así como los contextos culturales, ambientales y económicos en donde se encuentran los hoteles.”
La OMT tiene razón: es muy difícil y complejo lograr una clasificación hotelera homogénea que tenga sentido en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de las enormes diferencias que puede haber entre un hotel en Centroamérica y un hotel en Europa, entre un hotel en Asia y uno en África o un hotel en Europa y otro en Estados Unidos, hay varios puntos en común que tienen que ver con la calidad del establecimiento que se pueden aplicar en cualquier lado.
La diversidad no aplica únicamente entre continentes y países, sino también aplica a diferentes ciudades y estados dentro de un mismo país. Sería absurdo comparar un hotel de  la Riviera Maya, por ejemplo, con uno de Guanajuato, o uno de Oaxaca con uno de Salamanca. Sin embargo, a pesar de las diferencias geográficas, culturales y económicas, es posible establecer algunos parámetros que se aplicarían a cualquier hotel en cualquier lado.
En México es bien sabido que la clasificación hotelera puede ser en el mejor de los casos confusa y en el peor de los casos tendenciosa. Sería muy bueno que lo que se ha prometido por años a nivel oficial se haga realidad: establecer una clasificación hotelera estricta, lo más objetiva posible, que realmente presente la realidad hotelera de nuestro país, donde afortunadamente hay muchos hoteles extraordinarios, de primer nivel mundial, y otros que no lo son aunque presuman de serlo.