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Categoría: Editorial

Volar Respetando el Espacio Ajeno

Seguramente ustedes se han dado cuenta también que el civismo en nuestra sociedad cada vez está menos presente.
En las calles, en los restaurantes, manejando, estacionándose... cada vez es más difícil encontrar gente paciente, tolerante y ya no digamos dispuesta a ayudar en situaciones en que se requiera.
Una de las áreas en que más se nota la desaparición del civismo, o llamémosle buenos modales, decencia, hasta sentido común, es el respeto al espacio ajeno.
Cada vez es más común que gente se sienta con el derecho de molestar con la luz de la pantalla de sus “teléfonos inteligentes” a las personas que están sentados detrás de ellos en el cine o en el teatro.
Cada vez es más común que gente hable a todo pulmón con sus celulares en cualquier lugar público sin importar, es más, sin  ni siquiera percatarse, si están molestando a alguien más.
Una de las áreas en que esa falta de civismo puede ser más notoria, y potencialmente más peligrosa, es cuando uno está volando.
Recientemente en un avión de United un pasajero tuvo la brillante idea de poner unos bloqueadores de respaldo en el asiento de enfrente para que la persona en ese asiento no pudiera reclinarlo y de esa forma no “molestar” las rodillas del pasajero de atrás.
Debido a que el pasajero rehusaba quitar ese “inmovilizador” de asiento incluso cuando la asistente de vuelo se lo pidió, la pasajera afectada llegó al punto de arrojarle agua con hielo en la cara al pasajero de atrás.
Las cosas empezaron a subir de tono a tal grado que el avión tuvo que ser desviado de su ruta.
Vivimos en un tiempo de aparatos electrónicos, “gadgets” y aparatitos mecánicos  como los “knee defenders” que muestran a veces un absoluto egoísmo y falta de interés en el bienestar de los demás.
Lo ideal sería que para no afectar a los demás se utilizara de la más básica cortesía y sentido común. Pero como aparentemente la cortesía y el sentido común y el considerar los derechos de los demás cada vez abunda menos, ojalá y que se establezcan leyes que impidan que personas sin escrúpulos afecten el espacio vital de otras personas.