Reforma Fiscal en el Turismo: Quien Está Confundido es Porque ya Entendió
La reforma fiscal ha sido recibida de muchas maneras. Por el gobierno ha sido presentada en radio, televisión y prensa como un tónico maravilloso que va a permitir a México crecer, ser más equitativo y entrar de lleno al siglo XXI.Por grupos de abogados y contadores ha sido recibida desde con pasmo hasta con espasmos. Incluso un importante grupo de abogados (que por cierto me consta que tienen excelentes abogados fiscalistas) considera que algunos puntos de esa y otras reformas pueden ser motivo de abuso de derechos humanos...Por las grandes compañías ha sido recibida la reforma con la subestimación y hasta casi desprecio con que las grandes empresas privilegiadas siempre toman las reformas que al final de cuentas no les afectan a ellos.
Pero por los grupos de pequeñas y medianas empresas, que conforman el corazón de la economía mexicana y que, en realidad, siguen siendo el principal empleador del país y el principal motor económico de México, la reforma ha sido recibida con confusión y en muchos casos, preocupación.
Es interesante que la confusión de muchos los llevo a consultar a contadores y abogados, con el resultado de que después de recibir una amplia explicación, se dieron cuenta que su confusión está bien fundamentada, tiene razón de ser.
En especial en nuestra industria, en el turismo, todavía hay mucha confusión tanto de los posibles viajeros (muchos de los cuales han congelado momentáneamente sus viajes mientras quedan convencidos de que usar sus tarjetas de crédito no va a ser causa de pena capital y comprar servicios aéreos, hoteleros y de otro tipo no será tipificado como actividad de alto riesgo.)
Para los que laboran en el turismo la confusión no es menor. Hablando con muchos agentes de viajes, hoteleros, de aerolíneas, restauranteros y otros, parece que las cosas todavía no están claras.
¿Cómo se va a facturar? ¿Quién va a facturar? ¿Cuándo se va a facturar? ¿Cuánto se va a facturar? ¿Si vendo como agente de viajes un boleto de avión lo tengo que facturar yo, o la aerolínea, o la Boeing fabricante de aviones o la de refrescos...? En fin, hay mucha confusión que en este caso parece no ser causa de estar mal informado, sino todo lo contrario.
Veremos qué pasa, o qué no pasa.