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Categoría: Editorial

El AICM y las Manitas de Gato

Hace unos días mi vuelo a Alemania tuvo que salir tres horas tarde debido a que una de las pistas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México estaba inundada a causa de las intensas lluvias, y la otra no estaba capacitada para el despegue del magnífico nuevo Boeing 747-800 de Lufthansa.
No es un secreto que no solamente las pistas, sino varias otras partes del aeropuerto de nuestra capital federal, necesitan de un mantenimiento profundo.
En el gobierno anterior el aeropuerto no fue prioritario, ni su mantenimiento ni la posibilidad seria de construir otro, y por lo que se comienza a ver, en esta administración a lo mucho se llegará a darle varias manitas de gato que simplemente retardarán lo inevitable: nuestra ciudad necesita de un nuevo aeropuerto, no de reparaciones a un aeropuerto que ya se hizo muy viejo y que no responde en lo absoluto a las necesidades de los viajeros actuales.
Por supuesto que apreciamos que el gobierno actual va a invertir para mantener, rehabilitar y conservar al aeropuerto. En este año se destinarán 246.8 millones de pesos para el mejoramiento de pistas, plataformas y calles de rodaje terminal. Pero ese dinero servirá simplemente para que el aeropuerto no siga deteriorándose, y no realmente para hacerlo mejor y más funcional.
Recuerdo que hace varios años, unos diez aproximadamente, hablé con el entonces director del aeropuerto internacional de la Ciudad de México y cuando le comenté que nuestro aeropuerto ya se había hecho viejo y que realmente tenía muchas deficiencias, me comentó que “no estaba tan mal.”
Cuando le dije que comparado con otros aeropuertos, no solamente del “primer mundo” sino de muchos otros destinos secundarios, menos importantes que la Ciudad de México, me dijo que los aeropuertos que conocía “no eran mucho mejores que el nuestro.” Entonces le pregunté específicamente sobre diez aeropuertos internacionales y me dijo que de ellos solamente conocía dos...
Mi vuelo que casi no sale por la pista inundada finalmente despegó y aterrizó en el fabuloso aeropuerto de Frankfurt. Aunque uno no quiera, las comparaciones, aunque odiosas, son necesarias.
La única forma en que México podrá competir internacionalmente será con un aeropuerto digno de una ciudad tan importante como la Ciudad de México.
Soñar no cuesta nada.