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Categoría: Perfiles Aéreos

Arizona y Sonora luchan por no darse un balazo en el pie

Hace unos meses, cuando se aprobó en Arizona la ley antiinmigrante conocida como SB1070, en varias partes de México surgieron voces que, como una forma de protesta, conminaron a los mexicanos a efectuar un boicot comercial y turístico contra ese estado de la Unión Americana. Lo cual tiene su lógica.
Sin embargo, esos llamados a boicotear han sido rechazados por los comerciantes y empresarios arizonianos, en una actitud obvia, pero también por los sonorenses, cuya entidad tiene frontera con Arizona, siendo Nogales su principal punto de encuentro.

 

Basta pasar unos días en esa ciudad fronteriza, como en Hermosillo o Tucson, para entender el porqué de la negativa de sus habitantes para declararse una guerra comercial: ambos estados constituyen una región que está estrechamente imbricada desde hace muchos años, con lazos comerciales, turísticos, culturales y amistosos.
Para revisar esta situación, a finales de agosto reciente la Oficina de Turismo de Tucson y la Federación Turística de Sonora --brazo regional de la Confederación Nacional Turística, que dirige Miguel Torruco-- organizaron el II Foro Binacional de Turismo y Comercio entre ambos estados.
El primer día los trabajos se llevaron a cabo en Tucson, Arizona; en tanto que la segunda jornada se realizó en Hermosillo, Sonora. En el Foro participaron miembros de la iniciativa privada de ambos lados, entre los que se encontraban los representantes de las Oficinas de Convenciones y Visitantes de Tucson, Obregón, Hermosillo y Guaymas; así como de los hoteles The River Park Inn, Marina Terra, Nogales Holiday Inn, Nogales Camblewood Suites,  Peñasco del Sol, DoubleTree, La Posada, Westin La Paloma, Desert Diamond Casinos, Historic Hotel Congress y Paradiso Resort.
En cuanto a agrupaciones, participaron la Federación Turística de Sonora, Confederación Nacional Turística, Asociación de Maquiladoras de Sonora, Canaco de Obregón, Tucson Black Chamber of Commerce, Green Valley Sahuarita Chamber, Canacope, Asociación de Hoteles y Moteles de Sonora, y Coparmex de Sonora; además del Programa “Vamos a Tucson” en México, International Medical Services LLC, La Roca Restaurant, Wilson Produce, Bours Investments, Tucson; Maynards Market & Kitchen, Foothills Mall y Cardonal Agencia Aduanal.
Durante el encuentro se aportaron los siguientes datos: 70% de los turistas internacionales que llegan a México provienen de Estados Unidos y más de la mitad de éstos son de California y los estados del sur de la Unión Americana; mientras que México es el país que envía más visitantes a Estados Unidos, después de Canadá, por lo que cada año más de ocho millones de turistas mexicanos cruzan la frontera y dejan una derrama aproximada de 2,800 millones de dólares.
Asimismo, la cercanía de Arizona con México impulsa el intercambio comercial y turístico. Estiman que en 2009 el volumen de visitantes entre ambos fue de quince millones 434 mil personas, de las cuales un millón 300 mil fueron turistas con pernocta y 14 millones 134 mil excursionistas, que son los que van y regresan el mismo día.
La derrama económica en la zona es de 519 millones de dólares; 44 millones 600 mil por parte de los turistas y 474.5 millones de dólares de los excursionistas.
En Tucson es muy fácil encontrar quien hable español. Parte del personal donde me hospedé, así como el mesero que nos atendió durante la cena en un restaurant eran mexicanos, por lo que no es difícil comprender que si se aplica un boicot para afectarlos económicamente, los más afectados serán los paisanos que trabajan allá, legal o ilegalmente, ya que serán los primeros en ser despedidos de sus empleos.
Con gran claridad, Óscar Cuéllar Rosas, presidente de la Federación Noroeste de la Coparmex, describió de la siguiente manera la problemática: “No debemos confundir un tema político con uno económico. No podemos cerrar la posibilidad de hacer negocios con Arizona, sería darnos un balazo en el pie”.
Igualmente, los empresarios estadounidenses que asistieron sostuvieron que la ley es un asunto del gobierno, con la cual no están de acuerdo. Por lo que Felipe García, de la OCV de Tucson, puntualizó: “Si nos peleamos como región, los dos perdemos”.
Allá tienen muy claras sus ideas. Nadie quiere un boicot, mejor trabajan para enfrentar juntos a la ley SB1070, que la mayoría rechaza.