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Categoría: Generales

El pasado 7 de septiembre la Embajada de la República Federativa de Brasil en México conmemoró su Fiesta Nacional con una gran recepción, a la que fueron convocados integrantes de la comunidad brasileña en México, miembros del cuerpo diplomático de diversas naciones e invitados especiales.
Sérgio Florêncio, embajador de Brasil en México y su esposa Sonia Florêncio, dieron la bienvenida personalmente a más de 800 personas, quienes pudieron disfrutar de la música y gastronomía brasileña.
Después de la interpretación del himno nacional mexicano y del himno nacional de Brasil, el embajador agradeció la presencia de tantos amigos en esta fecha y etapa tan significativa para ambas naciones.
“Brasil celebra su fecha nacional y México conmemora con todo júbilo su bicentenario como nación independiente y el centenario de la primera gran revolución del siglo XX”.
Durante su mensaje, el excelentísimo embajador destacó su creencia en la convergencia de las diferencias y en la riqueza de la diversidad, pues a través de éstas se pueden conducir al acercamiento entre naciones.

“Visiones distintas sobre la vida pueden construir un universo más rico que la monótona homogeneidad de pensamientos. Sin embargo,  esta diversidad debe incluir sentimientos básicos de comunión”.
Aseveró que fuimos diferentes en el pasado precolombino, hecho que continuó en la colonia y posteriormente en la independencia de ambos países.
“En México, se tuvo un conflicto armado y prolongado, mientras que nuestra independencia fue declarada por un príncipe portugués, que se transformó en el primer emperador de Brasil. No hubo una verdadera guerra. Tuvimos una prolongada monarquía que se apoyó en una relativa estabilidad política, en un progreso económico, en una enorme injusticia y una profunda desigualdad social”.
Apuntó también que a principios del siglo pasado, las diferencias históricas se acentuaron, pues México inauguraba la “primera gran revolución del siglo XX”, transformando a campesinos expulsados de sus tierras en legítimos ejidatarios, ciudadanos libres, en sujetos y no más objetos de la historia.
“En esa misma época, la llamada República Vieja de Brasil, congelaba reformas sociales, más parecía prolongar la monarquía que producir vientos de transformación”.
Sin embargo, dijo, en los años 30’s los países se empezaron a emparentar, pues vivieron la época de oro de las grandes reformas de la vida nacional. “El cardenismo trajo el sueño de tierra y libertad, una concreción que no tenía 20 años antes y el petróleo pasaba a manos del Estado mexicano. En Brasil, también se vivió un vigoroso reformismo y se sentaron las bases de la industrialización”.
Así, continuó el embajador de Brasil en México, las diferencias entre los países se fueron desvaneciendo.
A principios de los 90’s se reeditaron marcadas diferencias. México miraba hacia el norte teniendo el TLC, mientras que Brasil al sur, con la construcción del MERCOSUR.
“Las miradas discrepaban. Las distancias crecían y así en esa misma década se introdujeron vigorosas reformas que acentuaban la globalización”.
De esta manera, Brasil amplió su presencia internacional y asumió mayores responsabilidades. Este nuevo contexto, que refleja  el carisma del presidente Lula da Silva, mostraba también una política económica reformista y externa más incluyente, activa, con fundamentos sólidos y una política social con resultados importantes.
Durante su mensaje, el embajador reconoció que la crisis económica internacional volvió a acercar nuestros países, que necesitaban respuestas efectivas para lograr la recuperación. “México necesitaba diversificar mercados para reducir su excesiva dependencia a los Estados Unidos y Brasil necesitaba firmar acuerdos comerciales con economías como esta”.
Y así, bajo este nuevo contexto, las necesidades de los dos países consiguieron una mayor convergencia. “Brasil se volvió un mercado más atractivo para México y se generaron las condiciones para dar inicio a la construcción de un amplio acuerdo comercial. El camino será largo y complejo para la conjunción de este acuerdo estratégico de integración económica. Sin embargo, vemos el futuro con confianza”.
Finalmente el embajador Sérgio Florêncio, comentó que las dos grandes economías de América Latina no pueden permanecer distantes, por lo que deben trabajar en conjunto para construir las bases de una América Latina y Caribe más unidos.
El festejo del día nacional de Brasil contó con el apoyo y patrocinio de diversas empresas brasileñas en México.