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Categoría: Análisis Turístico
• Balazos y muertos en el aeropuerto.
• La Policía Federal, muchos funcionarios federales y hasta el director del aeropuerto bajo sospecha.
• ¿Así vamos “ganando” la guerra contra el crimen”?

Causó verdadero estupor el que hace unos días, en pleno patio de alimentos (food court) de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, se registró una balacera entre  policías federales destacados en la terminal aérea. Diversos medios de comunicación destacaron las declaraciones del vocero de la Policía Federal quien aceptó que “Los responsables de la balacera en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) son dos policías federales, vinculados presuntamente con una red de narcotráfico que opera en la terminal aérea, en la que participan servidores públicos de diversas dependencias del gobierno, adscritos a la misma terminal.
José Ramón Salinas, vocero de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, confirmó la participación de los dos elementos en el enfrentamiento que se registró la mañana de este lunes, al tratar de impedir su detención por parte de sus compañeros, quienes desde hace algunos meses están tras la pista de este célula delictiva.”  
La importancia de estas declaraciones radica en la aceptación pública de algo que ya venía siendo denunciado desde principios del sexenio: La propia Policía Federal, que se supone es el eje principal de la guerra calderoniana contra el narcotráfico y que Calderón hizo crecer más de cuatro veces presupuestalmente y muchas veces más en número de efectivos, ahora resulta que está claramente infiltrada por el narco, según el vocero de la propia dependencia. Hay que recordar que según cifras del propio gobierno de Calderón, entre 2006 y 2010 el presupuesto asignado a la Policía Federal aumento de 10 370 millones de pesos a 30 184 millones, mientras que el número de efectivos pasó de cerca de 6000 a más de 40 000.
Sería de suponer que si Calderón destinó tanto dinero a la Policía Federal hubiera sido de esperar  que las nuevas contrataciones y la organización estuvieran diseñadas para evitar la corrupción, pero Marcelo Bergman Harfin y Arturo Arango Durán, investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en un reciente estudio concluyeron que:  “…Estas políticas han destinado a la atención del fenómeno de la inseguridad pública sumas millonarias nunca antes vistas (más de un billón, 172 mil millones de pesos durante el periodo 2001- 2010). Sin embargo, este gasto no ha logrado reducir en forma sustantiva el delito. Los índices oficiales de incidencia delictiva se han mantenido estables o inclusive han ido a la alza.”
La conclusión lógica es terrible: mientras se han escatimado recursos para educación pública, salud y otras necesidades apremiantes, el gobierno federal ha gastado sumas astronómicas para que Genaro García Luna haga montajes televisivos y “superproducciones” que nadie cree y para que arme un verdadero ejército casi personal que ya rivaliza en número de efectivos con la Armada de México. Y todo para que al interior de la corporación funcionen células vinculadas al narcotráfico que son capaces de operar en el aeropuerto más importante del país y que seguramente están relacionadas con los cada vez más envíos de drogas que han sido capturados por la policía española a personal de AeroMéxico, y con los asaltos a turistas. Asuntos estos con funestas consecuencias para la imagen del país y que desde luego dañan al turismo, pues si para tomarse un café en el patio de comidas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México hay que cuidarse de los policías federales, pues estamos realmente en una situación muy delicada. Pero eso sí: Con todo desparpajo y cinismo y luego del enfrentamiento que en la víspera escenificaron policías federales en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y que dejó tres elementos muertos, el presidente Felipe Calderón presumió el proceso de depuración y fortalecimiento de las instancias de seguridad y justicia iniciados por su gobierno. “Por eso hemos avanzado a una Policía Federal confiable que busque, precisamente, la confiabilidad en todos sus miembros y que tenga las capacidades para enfrentar la delincuencia”.
¿Alguien sabe de dónde surgió semejante declaración?