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Crónica de una asamblea de trabajo
y de una ciudad sorprendente

Más allá de lo abstracto que pueda sonar el título LXX Asamblea General Ordinaria de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, A. C., a este reportero le consta que dichos encuentros implican largas sesiones de trabajo y cursos de capacitación, lo cual siempre resulta benéfico para el sector hotelero de nuestro país y, por supuesto, para los clientes de los hoteles.
Dicha asamblea se realiza cada año en una ciudad diferente y ahora, en 2011, le tocó su turno a Culiacán, la capital de Sinaloa. Muchos hoteleros y no pocos de los periodistas nos pregun­tábamos si habría sido una elección correcta la de Culiacán, puesto que los noticieros la tachan de insegura y no recomendable. En ese sentido, me llevé una muy agradable sorpresa, pues me encontré con una ciudad tranquila, con algunos atractivos muy interesantes, con una gastronomía de primer nivel internacional y, sobre todo, con gente muy amable y muy hospitalaria.


La inauguración de la asamblea resultó, como casi siempre, un tanto ceremoniosa, con honores a la bandera, himno nacional y algunos discursos en los que destacaron las palabras de la señora Oralia Rice, Secretaria de Turismo de Sinaloa, quien dio la bienvenida a los hoteleros de todo el país y les comunicó el hecho de que Culiacán es un excelente destino de negocios y poco a poco va en aumento como destino de placer, gracias a lo cual aumentó su ocupación hotelera de 49 % a 51 % durante los dos años recientes. “En Sinaloa –dijo—estamos demos­trando que México es más grande que sus problemas. Somos una potencia agrícola y pesquera, así que ahora estamos apostando a convertirnos en una potencia turística. Actualmente estamos desarrollando el proyecto Playa Espíritu en Escuinapa, al sur del estado, donde se construirán 44 mil cuartos de hotel en 10 años; la primera piedra se pondrá a principios del 2012.”
En ese mismo acto, el Doctor Armando Uribe, Presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, declaró que “Culiacán es el lugar donde los hoteleros celebramos nuestra asamblea número 70 y los primeros 89 años de nuestra asociación. He notado, con beneplácito, que Sinaloa tiene una gran coordinación entre sus autoridades para garantizar la seguridad de sus visitantes, además de que los sinaloenses son unos grandes anfitriones y Culiacán ofrece muchos atractivos, como el Museo de Arte, los parques, la ribera urbana de sus ríos, la gastronomía y muchos más.
“Durante el primer año de mi gestión –añadió—he entrado en contacto con hoteleros de todo el país y he aprendido mucho; la gestión ha sido de colaboración y trabajo con las instancias gubernamentales y nos hemos comprometido en causas tan importantes como el combate a la trata de personas, realizando cursos para capacitar y sensibilizar a los hoteleros. También hicimos un convenio con FONACOT para que los trabajadores puedan usar su crédito de dicha institución para vacacionar; del mismo modo, hemos realizado campañas de promoción con la  Secretaría de Turismo y con el Consejo de Promoción Turística de México, enfocándonos sobre todo al mercado nacional.
“Del mismo modo –comentó--, hemos mantenido una postura firme ante el gobierno y rechazamos aumentos en los impuestos al turismo, pues eso sólo desincentiva a los viajeros. También realizamos un convenio con Abastur para optimizar los beneficios a los hoteleros. Los tres elementos en que se basa esta gestión son trabajo honesto, unión y confianza, lo dije así hace un año en Aguascalientes y hoy lo refrendo.”
Al día siguiente, los periodistas dejamos a los hoteleros con sus juntas de trabajo, sus conferencias y sus cursos de capacitación para dejarnos llevar por nuestras anfitrionas de la Oficina de Convenciones y Visitantes, Jazmín Nava y Jessica Duarte, a conocer un poco más de Culiacán. Lo primero, desde luego, fue ir a desayunar a La Chuparrosa Enamorada, un restaurante campestre con todo el sabor de la buena tierra y de las buenas tradiciones; ahí comenzó nuestro enamoramiento con la gastronomía sinaloense: tamales de elote, de camarón y de requesón; chilorio, machaca, nata fresca, tortillas de comal, pan de mujer relleno de queso crema o de cajeta, salsa molcajeteada, queso asadero, en fin, el mejor desayuno que he probado en varios años.
Después, un recorrido por la ciudad para ver el Jardín Botánico, el Centro de Ciencias (que es como un museo interactivo), el Parque Las Riberas, junto al río, y el Teatro Villavicencio.
Luego tuvimos una rueda de prensa donde la secretaria de turismo de Sinaloa informó que también está a punto de terminarse la carretera Durango – Mazatlán, la cual conectará a este destino y al nuevo desarrollo Playa Espíritu con buena parte del país. “En 2011 tuvimos 123 % más convenciones que en el año anterior –dijo—y estamos ya en tratos con varias líneas de cruceros para que regresen a Mazatlán.”
“La percepción de insegu­ridad es exagerada –comentó, por su parte, el Doctor Armando Uribe--, sobre todo en lo que respecta a carreteras. Yo tengo un año recorriendo el país, llevo 80 mil kilómetros y la experiencia ha sido muy buena; por supuesto, hay que tomar las precauciones básicas, como en cualquier parte del mundo, eso es lo que tratamos de transmitir a los turistas. En este momento se está perdiendo turismo de Estados Unidos porque allá están en crisis económica, por eso estamos promoviendo el turismo nacional y haciendo campañas por todo el país.”
Al día siguiente, desayuno en el restaurante Quinmart, donde su propietario, Jorge Esquerra, también presidente de la CANIRAC local, nos habló un poco más sobre la comida sinaloense, resaltando el hecho de que ahí todo es de una inmejorable frescura debido a que el Valle de Culiacán es el granero de México, de modo que siempre hay jitomate, chile, maíz, pimiento, caña de azúcar, berenjena, ejote, papa, frijol, garbanzo y muchos otros productos frescos a menos de una hora de camino; también hay excelente ganado, lo que garantiza la frescura y calidad de la carne y, a menos de una hora, el Océano Pacífico y el Mar de Cortés proporcionan los mariscos y pescados más frescos que se puedan imaginar.
Se clausuró la asamblea con una cena de gala en el Museo de Arte, amenizada por la Orquesta Filarmónica Juvenil de Sinaloa. Todos los hoteleros, así como los periodistas, regresamos a nuestras ciudades de origen con un excelente sabor de boca y con muy buenos recuerdos de este viaje. Enhorabuena.
Por Vicente Ochoa L.


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