Con una fiesta llena de color y en un ambiente de mucha alegría, la embajada de Jamaica en México celebró los 60 años de la independencia de la isla caribeña. Convocados en el jardín de la Hacienda de los Morales de la Ciudad de México, los invitados brindaron junto con la embajadora, la señora Sharon Saunders por la valentía, el sacrificio y los logros de los habitantes de Jamaica que la noche del 5 de agosto de 1962 izaron su bandera negro, verde y dorado dando por declarada su libertad del yugo británico.
Bajo el lema #ReinitingANationForGreatness y #HeartbeatOfTheWorld, Jamaica se pronuncia y se muestra orgullosa de sus logros, cuyos antepasados con gran determinación lucharon para hacer de Jamaica el gran país que hoy es. Una hermosa isla en el corazón del Caribe en donde se vive el progreso, la cultura y la historia. Un país en donde hay desarrollo económico, en salud y educación, así como riqueza cultural y gastronómica.
Durante su discurso, la embajadora, además de dar la bienvenida a sus invitados del cuerpo diplomático de otras embajadas, representantes de la industria turística y de la prensa, habló sobre las relaciones existentes entre México y Jamaica, se refirió a las inversiones y resaltó la contribución de Cemex, empresa mexicana comprometida con el desarrollo de Jamaica; asimismo mencionó la labor de difusión turística llevada a cabo por su representante en México y America Latina, el señor Alex Pace y durante un momento que se tornó emotivo, también agradeció a México por las 130 mil dosis de vacunas contra el Covid-19 que donó a Jamaica.
Belleza, hermandad y prosperidad son palabras que definen a la isla, cuna de grandes deportistas de talla mundial, cuna de una gastronomía exquisita y de una música alegre como lo es el Reggae. Por estas cosas Jamaica es el latido del mundo. Por medio de un video, los invitados esa noche pudieron apreciar aunque sea de lejos la hermosura de Jamaica con su privilegiada naturaleza donde la selva tropical y las aguas turquesas de su mar forman un paisaje que en otros tiempos fue escenario de gran parte de la historia del continente. El video mostró la alegría y belleza de su gente, personas amables y sonrientes, ávidas de recibir a sus visitantes para mostrarles su cálida hospitalidad.
Hay diez paseos ineludibles para cualquiera que desee conocer Jamaica más allá de la propuesta de lujo que ofrecen sus grandes resorts, ya sea que se viaje en solitario o acompañado:
Dunn´s River Falls, una de las cataratas más grandes de la región que se pueden escalar sin mucho esfuerzo e ideal para personas de todas las edades.
Dolphin Cove, para nadar con delfines en uno de los lugares más bonitos de Ocho Ríos.
Negril Sunset y cruceros románticos para hacer un recorrido marítimo y ver la puesta de sol al tiempo que se disfruta de una cena servida con guante blanco, música y buenos tragos.
Bamboo River Rafting, para descubrir a bordo de catamaranes el interior de sus extensos ríos que descienden de la montaña.
Espíritu del Reggae (la experiencia de Bob Marley) se trata de un paseo por Nueve Millas, una aldea rastafari donde nació el famoso músico en plena montaña de St. Ann. Se visita la casa natal de Marley y su lugar preferido de meditación Mount Zion Rock.
Black River Nature and Safari, cocodrilos y cascadas en uno de los ríos que recorren la columna del país. River Tubing y KayakTour son alternativas para disfrutar de una buena cantidad de los ríos de la isla por donde navegaron los conquistadores que llegaron siglos atrás.
Compras y cena. Jamaica está libre de impuestos, por lo cual es una tradición la venta de joyas de alto nivel. Para los interesados en la artesanía local los trabajos en madera hechos a mano tienen una tradición ancestral. En cuanto a la cena, la mayoría de los restaurantes ofrecen comidas típicas a base de pollo, pescado y cerdo al jerk. También hay opciones de restaurantes de comida internacional y algunos, como el Margaritaville, que terminan la veladas con baile.
Pesca en alta mar, especialmente marlín, mahi mahi, atún y king fish.
Mystic Mountain, el entretenimiento más novedoso de toda la isla que invita a escalar la montaña en sillas y lanzarse desde la cima en “bobsled”, haciendo canopy y bungee, actividad reservada para los más audaces.
Cabalgatas. Ya sea en la selva, la montaña o el mar, las cabalgatas son una tradición en todas las ciudades de la isla. Incluso hasta hay establos donde se puede practicar el salto y ver partidos de polo, una de las pasiones de los jamaiquinos.
Pero Jamaica va más allá, es mucho más. Es un sitio en el que se han cimentado las leyendas a partir de su fabulosa cultura. Uno de los pilares culturales es el rastafarismo, que tiene orígenes paganos mezclados con religión y misticismo. Nació en los años treinta entre la población negra de clase trabajadora. Para quienes lo practican es su muy particular forma de entender la vida.
Los orígenes de este movimiento datan del tiempo de la esclavitud que imperaba en Jamaica en la época del dominio europeo. En aquel entonces los esclavos llegados de África y más tarde los nacidos en la misma isla, trabajaban y morían en las plantaciones sin ningún tipo de derecho. A pesar de esas condiciones, los esclavos lograron mantener su cultura y tradiciones desencadenando un movimiento de revalorización cultural que se transformó en expresión política gracias a la labor del periodista jamaicano Marcus Garvey, cuya tarea en la reconstrucción de los valores africanos se tradujo en el movimiento “Regreso a África”, lo que sirvió de inspiración a la gente para tener un sentido de identidad, propósito y orgullo en medio de toda esa esclavitud.
Pero las raíces jamaiquinas no solo provienen de africanos, también vienen de ingleses, holandeses, españoles, portugueses, alemanes, indígenas o marrons. Música, arte, danza, entretenimiento e historia son el condimento de esa comunidad multicultural que ha crecido y desarrollado una identidad única en todo el Caribe.
Jamaica, “El latido del corazón del mundo” es la tercera isla más grande del Caribe y la de mayor tamaño de habla inglesa. Desde el amanecer de cada mañana hasta que el sol se pierde en el mar al atardecer, Jamaica ofrece una magnífica paleta de colores, un caleidoscopio de belleza que hace que esta isla sea la joya más preciada del Caribe y hoy, ya tiene 60 años de independencia
