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Categoría: Aviación

• El NAICM politizado
• Costosa su cancelación
Por Víctor Manuel Bermúdez
Tras los amagos del líder del partido Morena que de llegar a ocupar la presidencia de la República cancelaría el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), todas las voces se alzaron causando una gran controversia.
Sin embargo la idea permeo entre un gran sector de sus simpatizantes que a pies juntillas le compran todas las ideas del tabasqueño, sin siquiera hacer un pequeño análisis de esas declaraciones y las consecuencias que ello ocasionaría para el desarrollo del país.

Una cosa es cierta, logró poner el tema en la agenda nacional e hizo que se centrará  la discusión de que su propuesta de construirlo en la Base Aérea  de Santa Lucia sería una opción más viable y menos costosa.
Incluso algunos de sus colaboradores han propagado una serie de aseveraciones de las bondades del terreno de cambiar el nuevo puerto aéreo a la región de Zumpango, sin tomar en cuenta que ahí también fue lago.

Argumentan también que no se tendría que cerrar el actual AICM, ya que la mayoría de las grandes ciudades cuentan con hasta tres puertos aéreos. Pero parecen desconocer que en la capital alemana se cerró uno y lo convirtieron en un parque o en Denver, Colorado entre algunos otros. Además de su lejanía de la CDMX, el tren rápido que se tendría que construir para las conexiones, elevaría los costos enormemente.

Es importante señalar que los estudios para la ubicación del nuevo aeropuerto que dé servicio a la capital del país, datan de hace cuatro décadas y que únicamente se han ido actualizando.
Una institución de prestigio a nivel internacional para la localización y construcción de aeropuertos como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MITRE) avaló y ratificó recientemente que la mejor opción, sin lugar a dudas,  para la nueva aeroterminal de la Ciudad de México, es Texcoco.
La argumentación de que la corrupción invade todo lo concerniente al nuevo aeropuerto incluyendo los contratos, que es lo que le parece preocupar al tres veces candidato, indicando que el presupuesto de 170 mil millones de pesos se ha disparado  a los 250 mil millones de pesos.

La respuesta de los encargados del proyecto manifiesta  que se debe al tipo de cambio original de 12.75 pesos por dólar pasó a 18.50 pesos y que el presupuesto original de 13,500 millones de dólares se mantiene.
También indican que de cancelarse la construcción del NAICM se tendrían que indemnizar a los contratistas por un monto de 120 mil millones de pesos, amén del desprestigio a nivel mundial que esa decisión acarrearía a nuestro país.
Es importante señalar que la ubicación para la construcción de un aeropuerto es una decisión totalmente técnica y debe ser apolítica.
Las distancias en aviación son hacia arriba, las aerovías van de acuerdo a la orientación de las pistas, los edificios terminales se diseñan para las facilidades al usuario incluyendo la modernización arquitectónica sustentable.

Como se recordará en el caso del puerto aéreo capitalino, cada vez que se mencionaba una solución para descongestionarlo, surgían una serie de argumentos políticos que terminaban por cancelar el proyecto.
Basta con mencionar, los casos de la Tercera Pista, Texcoco Centro, Tizayuca, Texcoco Caracol, en cada una de esas ocasiones hubo intereses políticos y particulares que impidieron su realización desde las aves migratorias hasta los machetes de Atenco.
No fue sino hasta la actual administración gubernamental que se tomó la determinación de llevar a cabo el magno proyecto, tratando de salvar todos los obstáculos físicos y políticos que pudieran interferir en su ejecución e incluso que la obra no se terminara en el sexenio y fuera inaugurada por un nuevo gobierno.