Así como el navegante portugués Hernando Magallanes emprendió con su tripulación un mítico viaje en 1520 que lo llevó a descubrir Chile, Juliá tours México lo hizo este año acompañado de 8 agentes de viaje con el fin de explorar tierras chilenas, dar a conocer nuevos destinos y productos innovadores para ofrecer y encantar al mercado mexicano, pero el viaje no fue sobre un barco como lo hizo Magallanes, sino que la aventura hasta el fin del mundo comenzó vía aérea a bordo de un moderno Boeing 787 nueva generación de Latam Airlines.
TURISTAMPA acompañó a Juliá Tours en éste maravilloso viaje donde experimentamos distintos destinos del país: visitamos la cosmopolita y vibrante ciudad de Santiago; distintos ángulos de las Torres del Paine, haciendo un recorrido en 180 grados de norte a sur; nos dejamos sorprender por la gran biodiversidad de la Patagonia Chilena, de selvas húmedas hasta secas estepas y azules glaciares, pudimos ser testigos cercanos de cóndores, ñandúes, pumas y otros animales que observan y cuidan desde las altas montañas su hogar; nos hospedamos en los hoteles más inhóspitos de la punta del continente americano donde disfrutamos del lujo, gastronomía, servicio y convivencia plena con el entorno natural.
Oscar Isgleas, Director Comercial de Juliá Tours México, fue quien condujo esta increíble travesía que comenzó recorriendo la capital chilena, el centro histórico, sus palacios y plazas públicas que conviven atemporalmente con edificios modernos y típico bullicio de urbe. No se podía dejar pasar visitar un viñedo, pues el vino es una de los principales productos chilenos que con su uva insignia Carmenere conquista paladares y marida platillos de todo tipo, es por ello que brindamos y degustamos en Viñedos Viña Vik, una bodega vinícola, a tan sólo unas horas de Santiago, que cuida el proceso del vino hasta el último detalle, que además del plantío de la vid, el viñedo se complementa con un hermoso sitio para alojarse, el bello monte guarda el Viña Vik hotel boutique de tan sólo 22 suites diseñadas por diferentes autores chilenos y un restaurante digno del armonioso vino que cosechan.
Además de ser expertos en vino, los chilenos saben cómo hacer buenas cervezas, especialmente en Frutillar, un pequeño pueblo de tradiciones y fundación alemana que se ubica en las orillas del lago Llanquihue, ahí siguen y respetan los procesos artesanales de los expertos cerveceros. El encantador Frutillar tiene un muelle y sitios para comprar panadería alemana, ideal para pasear una tarde soleada.
Mientras más nos alejábamos de la capital y nos acercábamos a la Patagonia Chilena, la exposición a la naturaleza era mayor y nos sorprendía más, a unos kilómetros de Frutillar se encuentra Puerto Varas, que nos sorprendió por sus increíbles vistas y atardeceres de cielo pintado de naranja y colores pastel que reflejaban en el Lago Llanquihue. Puerto Varas es conocido por celebrar convenciones que reúnen a cientos de pescadores de todo el mundo, ya que lo más destacable de este destino son los pescados y mariscos de aguas frías donde el salmón es protagonista. Justo el Lago Llanquihue, en sus 827 km2 de agua cristalina alimentado por lluvias, alberga los criaderos más importantes de truchas y salmones de todo Chile, producto que más genera divisas y que incluso los ha llevado a competir con Noruega por el título de mayor productor de salmón del mundo, sin olvidar que se sirve fresco en todas las mesas chilenas.
Rodeamos el Lago Llanquihue saliendo desde Puerto Varas para llegar a Petrohué, donde pudimos ver de cerca el imponente Volcán Osorno adornado de cascadas turquesa, después navegamos unas horas sobre el Lago de Todos los Santos para adentrarnos en la naturaleza de Peulla, localidad ubicada en la frontera con Argentina donde las nubes bajan para ser parte del escenario próximo confundiéndose con los picos escarchados con nieve de las montañas azuladas y cerros verdes tupidos de altos árboles.
La naturaleza no dejó de sorprendernos ni un minuto, mientras viajábamos al sur de Chile, eran las vistas cada vez más impresionantes. Volamos hacia Punta Arenas, también conocido como “el fin del mundo”, pues es uno de los puntos más australes del continente americano, ahí nos hospedamos en The Singular Patagonia, un antiguo frigorífico de Puerto Bories, que inició operaciones en el año 1910, el lujoso hotel conserva todavía partes de la fábrica por lo que asemeja un museo.
De Punta Arenas viajamos hacia Puerto Natales para visitar la octava maravilla del mundo: Torres del Paine. Una experiencia sin comparación, estuvimos expuestos ante la magnificencia de la madre Tierra para detenernos a escuchar las feroces ráfagas de viento, contemplar las enormes montañas de picos blancos que parecieran sombreros y los lagos color esmeralda protegiendo sus alrededores.
En el Parque Nacional Torres del Paine nos hospedamos en Tierra Patagonia Hotel & Spa, una construcción horizontal de un piso que se despliega en la estepa brindando una vista completa del paisaje de las torres, hotel destacable por ser respetuoso hacia su entorno, inmerso por completo en la naturaleza y el único hotel en la zona, por lo que el resort cuenta con guías que brindan servicio únicamente a la propiedad, especializados en diferentes tipos de excursiones, para realizar una diferente cada día.
Para coronar el viaje navegamos en las aguas frías del Lago Grey para ver el glaciar que lleva el mismo nombre, un cuerpo de hielo azul cielo y icebergs flotantes en la Patagonia Chilena.
Así exploramos hasta el fin del mundo con Juliá Tours y Latam Airlines, aerolínea que resultó de la recién fusión de LAN y TAM, que sumando la capital de Chile, cuenta con 16 vuelos nacionales, incluyendo Calama, Isla de Pascua, Punta Arenas y a partir de Diciembre de este año a Puerto Montt; adicionalmente Chile, sirve como opción de conexión para destinos más lejanos como Johannesburgo o Sydney. Además, Giaco Kerlegand, Gerente de Cuenta de LATAM, quien también asistió al viaje, informó que la aerolínea celebró recientemente un código compartido con Interjet para conectar con las ciudades más importantes de México, como Monterrey, Guadalajara, Tijuana, Cancún, entre otras, documentando el equipaje desde el inicio hasta el destino final.
Pero el regreso hacia la Ciudad de México también fue placentero ya que esperamos nuestro vuelo en el Salón VIP de Latam en Santiago, que es el más grande de todos los aeropuertos en Sudamérica, de dos niveles con diseño y arquitectura moderna, cuenta con área para dormir, área de juntas, baños con duchas, salas con televisores y más de 4 barras con bebidas Premium, vinos chilenos y ricos bocadillos. El acceso a este Salón VIP es exclusivo para clientes que viajen en las clases Premium Business Latam o de las aerolíneas miembros de la alianza oneworld y en la clase Premium Economy de LAN, también pueden utilizar el espacio los miembros de categorías superiores del programa de viajero frecuente o clientes bajo el servicio de Special Services LATAM, una atención personalizada y exclusiva para miembros con nivel Black Signature.
Por Ariadna Ramo
